Parroquias de La Purísima Concepción (Alcadozo) y de Santiago Apóstol (Lietor) Albacete
EL SANTO DE HOY, 30 DE DICIEMBRE
30 DE DICIEMBRE:
SAN SABINO Y SAN RAUL
© ONDA CERO. El Santoral de Genestal
San Sabino, San Raul, San Mansueto, Santa Anisia y San Anisio
Destacamos a:
San Sabino y San Raúl
El emperador romano de turno ordenó que se presentara ante el tribunal Sabino, que era obispo de Asís.
¿Por qué y con qué derecho dices al pueblo que deje nuestros dioses para adorar a un hombre muerto?, dijo el emperador
Sepa, contestó Sabino, que Cristo, después de morir, resucitó al tercer día.
Puedes elegir entre adorar a nuestros dioses o morir, añadió el emperador. Y a ver si resucitas como Cristo, tu maestro. Y le dieron una pequeña estatua de Júpiter para que la adorara
Al no hacerlo ordenó ordenó que le fueran cortando las manos y lo llevaran así a la cárcel.
En la cárcel le devolvió la vista a un ciego, advirtiéndole que ojalá sus ojos le sirvieran para ver la verdad que el emperador no conocía.
Y San Raúl
También es importante la vida de San Raul. Fue un monje muy fervoroso enviado por San Bernardo en el año 1132 a fundar el famoso monasterio del Valle de las Celdas, al norte de Francia. Allí estuvo de superior por veinte años y pasó de ser un gran perseguidor de los judíos a enseñarles a a cultivar los campos.
La verdad es que mañana acaba el año, muchos santos llevamos ya. Podemos dar la impresión de que acaban su vida tristemente, pero yo creo que no. Son hombres y mujeres de convicciones; y es verdad que las convicciones tiene su precio.
Vamos acabar el año con una cita de quien dio consistencia las vidas de todos estos santos, una cita de Jesús de Nazaret.
“La verdad, os hará libres”.
EVANGELII GAUDIUM, 20 DE DICIEMBRE
La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo
criterio pastoral del « siempre se ha hecho así ». Invito a todos a ser audaces
y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo
y los métodos evangelizadores de las propias comunidades.
Francisco, Evangelii gaudium, n.33
SÓLO 1 SEGUNDO, 20 DE DICIEMBRE
SÓLO 1 SEGUNDO
"...A la sensualidad y extravagancia... sucedieron el afán de mundo y de aventura.Buscaba autoafirmarme, imponer mi nombre: creía que solo podría ser alguien si los demás lo reconocían. Necesitaba su aprobación, por lo que no obtenerla era tanto como perderme. ¡Qué desesperados son los intentos de quienes dependen de la aprobación ajena! ¡Cuánta energía se derrocha en el afán de reconocimiento!... De todas las búsquedas posibles, la del aplauso es la más necia, más todavía que la acumulación de bienes "
(P. D'Ors, El olvido si, Valencia, 2007, p.39)
SÓLO 1 MINUTO, 20 DE DICIEMBRE
ALEJANDRO
En la primavera del 323 antes de Cristo, Alejandro Magno
gobernaba un imperio que se extendía desde el Danubio en Europa hasta los picos
nevados del Himalaya en el norte de la India.
Pero la historia de grandes éxitos terminó de repente
para Alejandro Magno, cuando a punto de cumplir los 33 años, la fiebre le
debilito. Alejandro presintió que su final estaba cerca y convocó a sus
generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
- Que su ataúd fuese llevado en hombros por los mejores médicos
de la época.
- Que los tesoros que había conquistado, fueran
esparcidos por el camino hasta su tumba.
- Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera
del ataúd, y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos,
le preguntó a Alejandro Magno cuales eran sus razones.
Alejandro le explicó:
- Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así
mostrar que ellos, ante la muerte, ya no tienen el poder de curar.
- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que
todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las
personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías
partimos cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.
VIERNES, 20 DE DICIEMBRE
EVANGELIO
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea llama- da Nazareth, a una virgen desposada con un hombre
llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel,
entrando en su presencia, dijo: —«Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo; bendita tú eres entre las mujeres.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era
aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante
Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el
trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo
te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de
Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido
un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada
hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mi
según tu palabra.» Y la dejó el ángel.
Lucas 1, 26-38
COMENTARIO
En el evangelio de hoy escuchamos el relato de la anunciación
del ángel a María, tomado de Lucas. Los relatos que anuncian la llegada de un
niño también pueden ser entendidos como relatos de vocación, porque en ellos se
expresa el destino futuro del niño. Se le asignan títulos, funciones y hasta un
nombre propio que expresaba su misión en la vida.
La anunciación del nacimiento de Jesús contrasta fuertemente con
la de Juan Bautista. No se realiza en el magnífico Templo de Dios en Jerusalén,
sino en una oscura aldea de Galilea, en la frontera norte con los pueblos
paganos; una aldea nunca mencionada en el AT. Tampoco se comunica a un
sacerdote venerable, en ejercicio de sus funciones sagradas, sino de una
humilde muchacha muy joven, que acaba de desposarse.
En el fondo, los evangelios de la infancia son textos de
contraste. Lo más grande en lo más pequeño. Lo más fuerte en lo más débil. Esta
es la auténtica pista de la Navidad
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