Un joven tenia una conciencia
clara sobre la importancia de la comunicación como instrumento insustituible no
solo de lo humano, sino para humanizarnos, para ser personas; pero al mismo
tiempo sabia lo difícil que le resultaba entablar una verdadera comunicación
con los otros.
Con esta angustia en su corazón
fue en busca del consejo de un viejo Amauta y le pregunto:
- Maestro, podrías decirme cual
es el secreto de la auténtica comunicación?.
- Entra primero en el silencio de
tu corazón para que puedas conocerte a ti mismo – le respondió el Amauta.
Después de un tiempo de haber
hecho lo que el sabio le había sugerido, regreso lleno de alegría nuevamente a
visitarlo.
- Maestro, he seguido tu consejo,
he permanecido todo este tiempo en soledad y en silencio conmigo mismo y he
conseguido conocerme con profundidad. ¿Dime maestro, ya estoy maduro para la
comunicación?.
- No, pues te falta lo más importante -le dijo el sabio maestro- debes
salir de ti mismo y aprende a ponerte en el lugar del otro, aprende a escuchar
al otro sin juzgarlo. Solo entonces habrás aprendido a comunicarte; ese es el
secreto de la verdadera comunicación.