EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Juan 15, 9-17
COMENTARIO
Cosas de la liturgia, hoy es San Matías, y se interrumpe el itinerario pascual. La lectura del Evangelio coincide con la del domingo pasado. A ella os remito. Os
adjunto una pequeña semblanza de San Matías; viendo su historia y su modo de
llegar al Colegio Apostólico, ¿cómo no echar a la lotería por los menos en
Navidad?...
Matías
significa: "Regalo de Yahvé". Es un apóstol "póstumo"
porque Matías fue elegido "apóstol" por los otros once, después de la
muerte y Ascensión de Jesús, para reemplazar a Judas Iscariote. El libro de los
Hechos de los Apóstoles narra de la siguiente manera su elección:
"Después de la Ascensión de Jesús, Pedro dijo a los demás discípulos:
«Hermanos, en Judas se cumplió lo que de él
se había anunciado en la Sagrada Escritura: con el precio de su maldad compró
un campo. Se ahorcó, cayó de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas
sus entrañas. El campo comprado con sus 30 monedas se llamó Haceldama, que
significa: "Campo de sangre". El salmo 69 dice: "su majada quede
desierta, sin quién la ocupe, y su habitación quede sin quién la habite",
y el salmo 109 ordena: "Que otro reciba su cargo". Conviene entonces
que elijamos a uno que reemplace a Judas. Y el elegido debe ser de los que
estuvieron con nosotros todo el tiempo en que el Señor convivió con nosotros,
desde que fue bautizado por Juan Bautista hasta que resucitó y subió a los
cielos» Los discípulos presentaron dos candidatos: José, hijo de Sabas y
Matías. Entonces oraron diciendo: "Señor, tú que conoces los corazones de
todos, muéstranos a cual de estos dos eliges como apóstol, en reemplazo de
Judas". Echaron suertes y la suerte cayó en Matías
y fue admitido desde ese día en el número de los doce apóstoles»"
(Hechos de
los Apóstoles 1, 16-26).
San Matías
se puede llamar un "apóstol gris", que no brilló de manera especial,
sino que fue como tantos de nosotros, un discípulo del montón, como una hormiga
en un hormiguero. Nos anima que haya santos así porque esa va a ser nuestra
santidad: la santidad de la gente común y corriente. De estos santos está lleno
el cielo. Matías, fue un «regalo de Dios» para aquellas comunidades cristianas.
Desde su sencillez casi anónima fue testigo de la resurrección del Señor.
San
Clemente y San Jerónimo dicen que San Matías había sido uno de los 72
discípulos que Jesús envió, de dos en dos, a anunciar el Reino de Dios.
San
Clemente cita en sus escritos varias frases atribuidas a un supuesto Evangelio de
Matías del que no conocemos su contenido.
Una
tradición afirma que murió lapidado en la ciudad de Jerusalén a manos de los
sumos sacerdotes. Otra tradición le sitúa predicando el Evangelio en Etiopía.