Parroquias de Alcadozo y Liétor: 2021

EVANGELIO DEL DOMINGO 12 DE DICIEMBRE. SEMANA 3 DEL TIEMPO DE ADVIENTO.



EVANGELIO
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
–¿Entonces, qué hacemos?
El contestó:
–El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.
Vinieron también a bautizarse unos publicanos; y le preguntaron:
–Maestro, ¿qué hacemos nosotros?
El les contestó:
–No exijáis más de lo establecido.
Unos militares le preguntaron:
–¿Qué hacemos nosotros?
El les contestó:
–No hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino contentaos con la paga.
El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
–Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego: tiene en la mano la horca para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.
Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia.

Lucas   3, 10-18
COMENTARIO


Decir "Evangelio" y decir "sensatez" debería ser lo mismo. La gente, expectante ante el anuncio que hace Juan del Mesías, se siente llamada a convertir su conducta. (“Dinos… ¿qué tenemos que hacer?”).

 

La conversión a la que invita Juan es “relativamente fácil”: en primer lugar al sentido común (“el que tenga dos túnicas, que reparta una”).

 

En segundo lugar, a la honradez (“no exijáis más de los establecido”).

 

En tercer lugar, a la humildad y a la misericordia ("no extorsionéis a nadie con vuestra fuerza, no abuséis de vuestro poder")

 

En Juan el Bautista encontramos un clara religiosidad personal más allá de sus perfiles institucionales.

 

El gran peligro de las instituciones religiosas consiste en degenerar a la larga en formas caducas y estériles de creencia. 

 

Son los testimonios de las propia personas, comunitariamente discernidos, los que tienen capacidad de engendrar creencias sensatas y fraternas. 

 

EVANGELIO DEL DOMINGO 5 DE DICIEMBRE. 2 DEL TIEMPO DE ADVIENTO.

 


EVANGELIO
En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del Profeta Isaías:
«Una voz grita en el desierto: 
preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; 
elévense los valles, desciendan los montes y colinas; 
que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. 
Y todos verán la salvación de Dios.»
Lucas   3, 1-6
COMENTARIO

Juan el Bautista “llegó a tiempo”, supo descubrir la “vida” que no tardaría en discurrir a orillas del Jordán. Bajó de las montañas y de su vida de aislamiento a “preparar” el encuentro con Jesús. 


“Elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale”; efectivamente, a todo esto hay que dedicarle tiempo. 


No podemos consentir que la cita con la vida cada día ensanche las diferencias entre los deprimidos y los depredadores (“elévense los valles, desciendan los montes”).


La salvación no vendrá de ningún sitio. Está ya aquí. Vivir es salvación. La “vida” es el lugar de la salvación. En frase feliz de papa Francisco: "el hoy es lo más parecido a la eternidad; más aún: el hoy es chispa de eternidad; en el hoy se juega la vida eterna". 


Juan, acertó a ver en el “tiempo”, un “Tiempo de Dios”. Eso sólo puede hacerse con una mezcla de audacia, decisión e incomodidad. Por eso Juan tenía prisa, y su palabra se convirtió en cauce para la Palabra.


Por eso, hoy nos toca preguntarnos a todos para qué y de qué son cauces nuestras palabras, qué acontecimientos preparan o qué salvaciones retardan. El sentido de la historia no tiene que venir de Dios porque "ya esta aquí", nos toca a todos “hacerla ver”: ¿qué hago yo para llevar a cabo esa tarea? "Y todos verán la salvación de Dios."

 




EVANGELIO DEL DOMINGO 28 DE NOVIEMBRE. DOMINGO 1 DE ADVIENTO

 


EVANGELIO

En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: "Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustias de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación." "Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por la preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improvisto sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre."

Lucas   21, 25-36
COMENTARIO

Nuevamente aparece el lenguaje "apocalíptico". 
Era un intento narrativo para poder explicar todo lo que la vida tiene de tensión, incertidumbre y contradicción.

Pero lo decisivo del texto es contemplar cómo la imagen del "Hijo del Hombre" "viniente", llega para liberar. Para sus discípulos, el Galileo llegaría para "liberar" y dar sentido.

La propositividad del Dios judeo-cristiano, ya en aquella época, contrasta con los intereses de los dioses de otra época que vivían contra el ser humano y no "para el ser humano".

Para el seguidor de Jesús, Dios será el que "se pone de nuestra parte" (se acerca vuestra liberación) y devuelve la dignidad perdida (levantad la cabeza... estar en pie delante del Hijo del Hombre).

Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida el mensaje ha de entenderse en sentido manifiestamente esperanzador.

Efectivamente, la vida no pocas veces es un rompecabezas. Nos cuesta descubrir el sentido de lo que se nos aparece en ocasiones fragmentado, roto desconectado... y porqué no  decirlo, bajo la apariencia de frustración.

La tentación de instalarnos en un fragmento y decir ¡qué bien se esta aquí! o su contrario -según te vaya la feria- , ¡no puedo más y aquí me quedo!, no deja de ser una posibilidad.

Ahora bien, la perspectiva cristiana invita a salir del fragmento y a "levantar las miras". Cuesta, sin duda, pero estamos urgidos a poner nuestros cinco sentidos en el intento de una vida que pretende conjugar la armonía con la tensión.

Por eso la vida es más vigilancia que contemplación y más atención que indiferencia. Y de estas opciones se nutre nuestra fe.


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EVANGELIO DEL DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE. SEMANA 34 DEL TIEMPO ORDINARIO



EVANGELIO


En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: 
–¿Eres tú el rey de los judíos? 
Jesús le contestó: 
–¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
Pilato replicó: 
–¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí: ¿Qué has hecho?
Jesús le contestó:
–Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Pilato le dijo:
–Conque, ¿tú eres rey?
Jesús le contestó:
–Tú lo dices: Soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.

Pilato replicó:
– ¿Y qué es la verdad? 

Juan   18, 33-37
COMENTARIO

La Fiesta de Cristo Rey que celebramos hoy y que coincide con el final del ciclo